El mundo de hoy está lleno de estímulos; somos seres humanos que sentimos, que vibramos, que transmitimos, pero al estar expuestos a tanta tecnología, comodidades, modernismos y cosas materiales, nos alejamos cada vez más de nuestra verdadera esencia, de nuestro propósito y nuestra realidad, para convertirnos en lo que los otros quieren ver, dejando nuestro yo a un lado para vivir en un mundo irreal, lleno de exigencias. Para encajar nos convertimos en egoístas, “selfistas”, venimos a este mundo a conectar, ser mejores personas y dejar un legado, ¿Tendremos una misión de vida? ¿Podremos dejar de ser materia para llegar a ser más espiritu? ¿En dónde estamos poniendo nuestra energía?


