El amor es la energía que nos une, nos transforma y nos devuelve a nuestra esencia. En
esta obra, quise plasmar esa vibración que emana desde nuestro interior, desde el cuarto
chakra, el corazón, donde habita la aceptación, la compasión y la conexión con el otro.
La figura humana, en blanco y negro, adopta la postura de Kapotasana, una apertura total
del pecho, una entrega absoluta. Desde su centro, una Estrella de David irradia luz en
tonos verdes y rosas, los colores del chakra del corazón. Es la manifestación del amor que
fluye a través del cuerpo, trascendiendo lo físico, convirtiéndose en una vibración que nos
envuelve y nos conecta.
Cada músculo, cada curva, cada sombra en esta obra es un reflejo de la belleza del ser
humano, de su capacidad de sentir, de amar y de expandirse. Porque el amor no es solo
una emoción, es una fuerza, es movimiento, es vida.
Postura Kapotasana.
Técnica mixta, óleo y acrílico sobre tela Medidas
134 x 140 cm (Díptico)
Año 2017
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