Esta obra nació en uno de esos momentos en los que me permití simplemente sentir…
sin prisa, sin expectativas. Quise capturar esa pausa que a veces tanto necesitamos:
cuando el cuerpo descansa pero la mente sigue su propio viaje, suave, profundo, lleno
de memorias y emociones.
El saco lo trabajé en 3D para que pudiera sentirse realmente envolvente, como ese
abrigo emocional que uno se pone cuando el alma se queda al descubierto. Los cojines
tienen polvo de mármol, y eso para mí simboliza cómo incluso en los espacios suaves
pueden habitar texturas firmes, como las emociones que nos acompañan mientras
descansamos por fuera, pero sentimos con fuerza por dentro.
Con esta pieza quise plasmar la sensualidad de la mujer, no desde la provocación, sino desde su
esencia: libre, segura, contemplativa. Es un homenaje a ese momento de quietud donde la fuerza
interior se asoma con sutileza, donde la belleza nace de estar simplemente conectada con una
misma.
Impresión por inyección de tinta en papel de celulosa mate,
Hahnemühle Matt Fibre 200gsm.
Año 2005
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