En esta obra quise plasmar una historia de amor y desamor, de cercanía y distancia. La mujer, con su abrazo
delicado y su expresión serena, representa la fidelidady el cariño incondicional. A pesar de la hostilidad de
supareja, ella se mantiene ahí, sosteniéndolo, buscando conectar con él.
El hombre, en cambio, se muestra distante, con la mirada perdida y el cuerpo ligeramente inclinado hacia
adelante, como si estuviera atrapado en sus propios pensamientos o emociones. Entre ellos, hay una tensión
que sugiere un amor incompleto, una relación donde la intimidad y la pasión existieron, pero el amor verdadero
nunca terminó de florecer.
El caballo blanco, fuerte y elegante, es testigo silencioso de esta escena. Su presencia refuerza la dualidad de la
relación: representa nobleza y poder, pero también la sensación de algo inalcanzable. El entorno rústico y la
tela arrugada realzada en 3D evocan un espacio que fue escenario de un encuentro íntimo, pero que ahora se
percibe frío, marcado por la ausencia de un lazo genuino.
Me encanta pintar la figura humana porque a través de la piel, los músculos y las expresiones puedo
transmitir emociones profundas. En esta obra, cada detalle en los cuerpos y en las miradas cuenta una
historia, dejando al espectador la posibilidad de interpretar los sentimientos que habitan en cada uno deellos.
Técnica mixta, óleo y textura sobre tela
Medidas 110 x 150 cm
Año 2007
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