Esta obra es un homenaje a nuestras raíces, a aquello que nos sostiene y nos conecta con la tierra.
Inspirada en mi estudio de la sanación y la energía, representa el primer chakra —el chakra raíz— como el
centro de nuestra estabilidad, fuerza y pertenencia.
La figura humana aparece de espaldas, en posición de flor de loto, como símbolo de introspección y
conexión con el ser interior. Desde su coxis, emana una luz roja intensa, vibrante, que representa el chakra
raíz. Esa energía no solo simboliza la fuerza vital, sino también el vínculo con la tierra y con nuestros
orígenes.
De manera mística, la obra incluye un ojo, como presencia silenciosa y sabia que todo lo ve: una guía
interior, una conciencia superior que nos recuerda que aunque estemos anclados a la tierra, también somos
parte de algo más grande y espiritual.
La figura, la luz roja y el ojo se entrelazan para hablar de pertenencia, equilibrio y despertar energético. Esta
obra es una invitación a mirar hacia adentro y reconocer que nuestras raíces también son luz.
Técnica mixta, óleo y acrílico sobre tela
Medidas 100 x 100 cm.
Año 2018
El Muladhara Chakra está representado por el color Rojo. El color rojo se asocia con la pasión; por lo tanto, este Chakra muestra nuestra relación con la tierra. Es la razón principal de nuestros instintos de supervivencia, pasión y energía. Refleja lo seguros que nos sentimos en este mundo.
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