Cuando imaginé esta obra, quise plasmar algo más que una imagen; quise capturar una emoción, un cuestionamiento profundo sobre nuestra existencia. ¿A qué venimos? ¿Cuál
es nuestra misión en la vida?
Pensar en Israel me llevó a esa tierra maravillosa llena de contrastes, un país que admiro profundamente. Un lugar que nunca deja de crecer, de luchar, de defenderse y, sobre
todo, de unirse bajo la idea de Tikun Olam: reparar el mundo y hacerlo un lugar mejor.
En esta pieza, cada símbolo tiene un significado. La figura central es una jayelet, una soldado israelí que representa fuerza y determinación. En sus lentes se refleja un Merkaba, un
símbolo de protección y elevación espiritual, recordándonos que más allá del combate hay una conexión con algo más grande. Lleva un Galil al hombro y a su lado, el tanque
Merkava, símbolo de defensa y resistencia.
El fondo es un tributo a la historia y la espiritualidad de Israel. El Kotel Hamaravi (el muro Occidental) y la Cúpula de la Roca conviven en la misma escena, reflejando la complejidad
de esta tierra y la profundidad de su significado. Sobre ellos, mi querida bandera se funde con el cielo, como un recordatorio de identidad y orgullo. En la esquina, un timbre postal
con la Menorah y los signos del zodiaco representa el tiempo y la trascendencia, la historia de un pueblo que sigue su camino con fe y determinación.
Cuando estoy inspirada, las palabras fluyen junto con mis pinceladas. En esta obra quise escribir:
“En cada entrenamiento te pienso, en cada combate te anhelo. Vivo rodeada de tanques y fusiles, pero la energía es tan intensa entre nosotros que en cada batalla lo que me da
fuerza eres tú.”
Porque, aunque en la superficie esta obra habla de defensa y lucha, en su esencia habla de amor. Amor por la tierra, por la historia, por aquellos que nos dan fuerza en los
momentos más difíciles.
Para mí, la respuesta a ¿A qué venimos? es clara:
Venimos a ser mejores seres humanos, a crecer en lo emocional, en lo espiritual, en lo profesional. Venimos a encontrar nuestra pasión y a vivir desde ella.
Cada pincelada de esta obra es un reflejo de mi propia búsqueda. Espero que al verla, cada quien encuentre su propia respuesta.
Impresión por inyección de tinta en papel de celulosa mate,
Hahnemühle Matt Fibre 200gsm.
Año 2019
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